México, entre los países con la gasolina más cara en América Latina

México se posiciona como el tercer país con el precio de gasolina más elevado en América Latina, un factor directamente relacionado con la carga impositiva que enfrentan los consumidores en cada litro de combustible.
Según una proyección de Ramsés Pech, especialista en energía y economía, basada en datos de la CEPAL, en 2024 el precio promedio nacional de la gasolina regular alcanzó los 23.55 pesos por litro, ubicando a México solo por debajo de Uruguay (36.13 pesos por litro) y Chile (26.69 pesos por litro).
Uno de los principales factores que explican este nivel de precios es la carga fiscal. En México, los impuestos sobre la gasolina ascendieron a 9.53 pesos por litro en 2024. En comparación, en Uruguay los gravámenes alcanzaron los 16.20 pesos por litro, mientras que en Chile fueron de 10.23 pesos. La mayor parte de estos impuestos en México corresponden al Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), cuya cuota se actualiza anualmente con base en la inflación. En 2024, la cuota del IEPS fue de 6.18 pesos por litro, incrementándose a 6.45 pesos para 2025. Además, el combustible está sujeto a la tasa del 16% del Impuesto al Valor Agregado (IVA).
En el ranking latinoamericano, después de México se encuentran Perú (22.38 pesos por litro), Argentina (21.97 pesos), Brasil (21.35 pesos), Paraguay (20.12 pesos) y Colombia (19.09 pesos).
Venezuela y los subsidios extremos
En el otro extremo del espectro, Venezuela registró el precio de gasolina más bajo en la región durante 2024, con un costo de apenas 0.41 pesos por litro, debido a un subsidio gubernamental casi total. Sin embargo, esta política ha generado importantes desequilibrios financieros y económicos en el país.
Otros países que mantienen precios reducidos gracias a subsidios gubernamentales o baja demanda son Ecuador (13.34 pesos por litro) y Bolivia (11.09 pesos por litro).
El alto precio de la gasolina en México y la constante actualización de los impuestos asociados generan un entorno desafiante para el sector empresarial y los consumidores. En un escenario de presiones inflacionarias y volatilidad en los mercados energéticos, la carga fiscal sobre los combustibles sigue siendo un tema clave en la discusión económica nacional.